19.3.08

Hueco en la tarde

Bogotá tiene un hueco en la tarde, justo antes del fin. Cuando habla, toca muy suavemente la gente y las cosas y dibuja sombras. Es difícil precisar su ubicación porque no siempre ocurre, a pesar de estar quieto. Por alguna razón, en la tarde, su voz es más ténue, pero cuando habla, grita. Es difícil justo antes precisar muy suavemente la gente y las cosas, porque, a pesar de estar quieto, no ocurre siempre justo antes del fin. Bogotá, por alguna razón, en la tarde, justo antes del fin, cuando habla, grita.

16.3.08

Las palabras de han ido

Levantamiento de caracteres relacionados con la idea de una monopolización que se desliza entre un mar de árboles, entre varios zapatos que se miran y se ríen. Alrededor de puntos suspensivos excesivos que caían el amanecer de aquél día, los continuos susurros de flores de las grandes profundidades asentían y reían, mientras escuchaban aquellos instrumentos nuevos con viejos y dañados con llenos de agua.

9.3.08

Mi cuarto en junio

Debe ser junio. En junio la luz de la mañana entra por la ventana de mi cuarto y atraviesa algunos objetos que suelo colocar por ahí. Especial atención al pliego de cartulina con huecos recortados de lo que alguna vez fue un texto. Pero no es junio ni estoy en mi cuarto; es marzo y estoy en Bogotá. Extraño tanto mi cuarto en junio; la luz de verano entrando muy temprano y proyectando en la pared algunos objetos que suelo colocar ahí. Pero no es verano ni es temprano en la mañana; es tarde en la noche y hace frío siempre en esta ciudad difícil de huecos en las calles llenos de agua. Especial atención al primer tramo de sol iluminando un libro prestado de Maurice Blanchot. Extraño tanto mi cuarto en junio.